Cómo Enseñarle a tu Gato a Usar el Rascador

¿Tienes un nuevo gatito en casa y no quieres que te destroce tu hogar?, porque tener una mascota es algo maravilloso, pero tienes que hacerla compatible con tus muebles. Compras un rascador, pero ¿y si no lo usa? No te preocupes, a todo se aprende y en este artículo te contamos cómo enseñarle a tu gato a usar su rascador.

enseñarle a usar el rascador

¿Por qué los gatos necesitan un rascador?

Para muchos, ver a un gato afilando sus uñas contra el sofá es una escena cotidiana… y frustrante. Pero lo cierto es que rascar no es un mal hábito, es una necesidad biológica. Los gatos rascan por múltiples razones, para marcar territorio, mantener sus uñas saludables, liberar estrés, o simplemente porque es placentero para ellos.

En definitiva, nuestros queridos peluditos se afilan las uñas porque va en su instinto y, ya que no se pueden cambiar, intentemos que lo hagan de la manera que más nos convenga.

Un rascador adecuado canaliza ese instinto de forma positiva y evita que tus muebles paguen el precio. Si tu gato no tiene un rascador que le guste, buscará el sustituto más cercano… y adivina cuál suele ser, el sofá, las cortinas, la alfombra, un cojín…

Además, cuando rascas no solo dejan marcas visuales, también depositan feromonas a través de las glándulas que tienen en las patas. Esto crea una zona segura y familiar para ellos. Es lo que nosotros llamamos “marcar el territorio” y es un buen comienzo para enseñarle a usar su rascador.

El rascador es más que un accesorio decorativo, es una herramienta de bienestar para tu gato y una tabla de salvación para tus muebles. Cuando aprendí esto comencé a verlo tan necesario como la caja de arena.

Cuando empezar, el momento para enseñarle a tu minino a usar su rascador

La educación felina comienza antes de lo que la mayoría cree. Cuanto antes empieces, mejor. Si tu gato es pequeñin, estás en el momento ideal para educarlo.

En palabras simples, si esperas a que el hábito de arañar tus cortinas esté arraigado, vas a tener que invertir más esfuerzo para corregirlo.

Como parte de mi experiencia, comprobé que comenzar a enseñarlo desde que es un cachorrillo marca la diferencia. Es más receptivo, más curioso y mucho más fácil de guiar hacia buenos hábitos. La clave es la constancia, no la severidad.

Incluso si tu gato ya es adulto, no es tarde. Sólo que necesitarás un poco más de paciencia (y premios, muchos premios). Lo importante es reeducar con cariño, jamás con castigo.

Recuerda que los gatos aprenden por repetición y asociación positiva. Cuanto antes empieces a reforzar el uso del rascador como algo natural y gratificante, antes lo asumirá como parte de su rutina.

enseñar al gato a usar su rascador

Elegir el rascador perfecto según su comportamiento

No todos los rascadores son iguales ni todos los gatos los usan del mismo modo. Aquí es donde muchos fracasan al comprar un rascador “cualquiera” y luego se preguntan por qué el gato lo ignora.

Existen diferentes tipos de rascadores según el material, la orientación y la estructura. Los más comunes:

huella de gato verde

Verticales de sisal: ideales para gatos que rascan de pie estirándose. Son duraderos y los más comunes.

huella de gato verde

Horizontales de cartón: perfectos si ves que tu gato prefiere rascar la alfombra o zonas bajas.

huella de gato verde

De ángulo o inclinados: una opción intermedia para gatos que se adaptan a múltiples posiciones.

huella de gato verde

Rascadores integrados en árboles o muebles para gatos: si tu gato es muy activo y le gusta trepar, esta opción lo entretiene y canaliza su energía.

Una de las lecciones que aprendí fue tratar de averiguar sus gustos.

Observa, ¿dónde suele rascar? ¿Qué material le atrae más? Un rascador de sisal vertical funciona para la mayoría, pero hay gatos que prefieren cartón o incluso moqueta.

Si tu peludito es un cachorrillo, podrás orientarle tú esas preferencias, si ya no tanto, mejor que le observes y seas tú el que se adapte. ¡Todo sea por el bien de tus muebles!

Si quieres conocer más sobre los tipos de rascadores sigue los enlaces:

Dónde colocar el rascador para que tu gato lo use

¿Has comprado el rascador perfecto y tu gato ni lo mira? Puede que no sea culpa del rascador, sino de su ubicación.

Los gatos no van al rascador por instinto, necesitan verlo y sentir que está en el sitio correcto. Lo ideal es colocarlo cerca de las zonas donde ya haya rascado, así lo asocia rápidamente como alternativa.

También es muy efectivo ubicarlo cerca de donde duerme, porque a muchos gatos les gusta estirarse y rascar justo después de despertarse.

En mi experiencia, escoger un buen fue decisivo. Colocar el rascador junto al sofá (su lugar favorito para rascar) y también cerca de su cama le ofreció las alternativas que necesitaba.

Y sí, tuve que moverlo algunas veces hasta dar con el sitio perfecto.

Coloca varios rascadores si es necesario. No lo veas como un gasto innecesario, al final los acabarás usando todos y proteges mejor todos los rincones. Si hay más de una zona de conflicto, hay que ofrecer alternativas reales en esas ubicaciones.

Recuerda, el lugar del rascador debe ser estratégico, visible y accesible. Si te decantas por un modelo tipo árbol, que lo utiliza también para sestear, colocarlo cerca de la ventana es un buen comienzo.

Los gatos son curiosos por naturaleza y desde la ventana controlan el exterior. Además, si les entra el sol, estarán encantados de dormir sobre él.

Técnicas efectivas para atraer a tu gato al rascador

¿Y si el gato simplemente pasa del rascador? No te preocupes. Hay técnicas muy efectivas para estimular su interés.

Una de las más sencillas y útiles que utilicé fue rascar con mis propias uñas sobre el rascador. Ese simple gesto despierta su curiosidad y el ruido les atrae. Luego, le cogí sus patitas y simulé el movimiento de rascado, para que su olor quedara presente. Esto refuerza el vínculo con el objeto.

Otra técnica que suele funcionar es usar catnip o hierba gatera. Frotar o espolvorear un poco sobre el rascador hace que se vuelva irresistible para la mayoría de los gatos.

También puedes usar juguetes o golosinas cerca del rascador para asociarlo con momentos placenteros. Todo lo que puedas hacer para convertir ese objeto en parte de su “zona segura” jugará a tu favor.

Paciencia, constancia, un par de trucos… y verás resultados.

Enseñarle a usar su rascador con refuerzos positivos

Los gatos no aprenden por castigo, sino por recompensa. Esto es así y por eso, los refuerzos positivos son clave.

Cada vez que tu gato use el rascador, felicítalo con entusiasmo. Dile palabras bonitas, acarícialo, prémialo. Hazle sentir que ha hecho algo grandioso que tiene recompensa.

Te aseguro que con un simple “¡Muy bien!” y unas caricias, mi gato empezó a buscar el rascador casi por inercia. Esa pequeña dosis de amor refuerza el comportamiento deseado y acelera el proceso de aprendizaje.

También puedes usar golosinas para gatos al principio, si necesitas un extra de motivación.

No ignores este paso. Muchos fracasan no porque el gato no entienda, sino porque no se refuerza adecuadamente lo que sí hace bien.

Cómo proteger tus muebles durante el proceso

Mientras el aprendizaje avanza, tu casa sigue estando en riesgo. Por eso, hay que proteger los muebles temporalmente para desalentar el rascado.

Una estrategia que me funcionó fue cubrir los brazos del sofá con fundas anti arañazos y cintas adhesivas de doble cara, que a los gatos no les gusta nada. Este tipo de superficies les resultan desagradables, y eso los anima a buscar alternativas.

No sufras, tu bigotudo no sufre ningún daño, solo que le resulta desagradable quedarse las patitas pegadas cuando lo que le gusta es una superficie firme y rugosa donde “hacerse las uñas”

Paralelamente, cada vez que lo veía intentando rascar fuera del rascador, lo corregía con un suave “no” y lo redirigía al rascador. Esa constancia ayudó a que entendiera qué conductas sí eran aceptables.

El truco está en ofrecer una alternativa atractiva mientras haces que lo prohibido pierda su encanto. Si en la pata del sofá me quedo pegado y en este poste me entretiene y huele a mí…pues la opción la tiene clara.

¿Y si no funciona? Soluciones si tu gato ignora el rascador

A veces, haces todo bien y el gato sigue sin mostrar interés. ¿Qué hacer entonces?

Primero, no desesperes, cada gato tiene su ritmo.

Revisa estos puntos:

huella de gato roja

¿Está el rascador en el lugar correcto? Claro está el sitio correcto para el gato y no para que no me estorbe a mí o desentone con la decoración.

huella de gato roja

¿Es el material o forma adecuada para él? Observa sus preferencias.

huella de gato roja

¿Estás reforzando positivamente su uso?

huella de gato roja

¿Algún mueble le resulta más cómodo y accesible para usar como rascador?

Una vez contestadas estas preguntas haz algún ajuste en la manera de enseñarle a usar su rascador. En casos rebeldes, puedes intentar nuevos modelos, uno más alto, más robusto, o de otro material.

También puedes probar rascadores interactivos, que combinan juego y rascado.

Y sobre todo, sé constante y no lo tomes como algo personal. A veces tardan semanas en adaptarse, pero en cuanto lo hacen, los muebles dejan de resultarles atractivos.

Paciencia, observación, constancia y adaptarse a sus gustos

Una de las claves del éxito es entender que cada gato es único. Lo que funciona para uno, no vale para otro.

Por eso es tan importante adaptarte a sus gustos. Observa qué tipo de superficies le atraen, si prefiere rascar en vertical o en horizontal, si lo hace con fuerza o más por rutina.

En mi caso, tuve que probar dos modelos distintos hasta dar con el ideal. Uno de cartón horizontal no le llamó la atención, pero uno de sisal vertical con base pesada fue un acierto total. Además, tenía una pelotita incorporada, lo que mejoraba su atractivo.

Si hay más gatos en casa y están bien educados, el recién llegado tiene un ejemplo que seguir y será más fácil que adopte las costumbres del adulto. En estos casos casi seguro que puedes continuar con el mismo tipo de rascadores que ya tenías en casa.

Enseñar a un gato a usar el rascador no es una carrera, es una maratón. Y como toda maratón, requiere resistencia emocional, observación continua y constancia.

Habrá días en que avances tres pasos, y otros en que retrocedas uno. Es normal.

Como aprendí en mi propio proceso, enseñar a tu gato a usar el rascador puede resultar frustrante, pero tienes que armarte de paciencia. Poco a poco verás cómo modifica su comportamiento, y entonces todo ese esfuerzo cobra sentido.

¿Te ha pasado que pensaste “este gato no va a aprender nunca”? Créeme, con las estrategias correctas y una dosis generosa de cariño, lo logras. Y cuando ves a tu gato dejar tranquilos los muebles, te das cuenta que enseñarle a tu peludito a usar su rascador … eso sí que no tiene precio.

Resumen
Cómo Enseñarle a tu Gato a Usar el Rascador
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Cómo Enseñarle a tu Gato a Usar el Rascador
Descripción
😹 Cómo enseñarle a tu gato a usar su rascador 😹 para que no tengas que preocuparte de arañazos y destrozos en tu hogar
rascadorgatos.com
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